Donde las cosas son una suprema falsedad,
Donde verdad absoluta es solo un sueño idealista; suplemento de la mente humana; fortaleza en la destrucción de los sentidos. Donde las sombras caen desesperadamente pidiendo auxilio, ya que no pueden levantar supuesta fortaleza de la autenticidad, de la superioridad que poseen en sus falsos mundos.
¡Pobres sombras!
discípulos de la realidad,
apaciguadas por el destino,
enceguecidas por la conciencia, por su conciencia hacia la vida, que de todas formas es insostenible sobre si misma.
La mente:
exquisita sensación de los sentidos;
mentirosa de las falsedades;
cuestionando lo inevitable, en un tiempo histórico e imperceptible, donde el presente mental nunca se hace inconciente, en esas mentes débiles absorbidas por las sombras.
El profeta,
con su balbuceo, destruye toda conciencia de la muerte mental, dándole vida a la irrealidad de los sentidos, eterniza una vez más, a una sombra que jamás tuvo destino.
Iosephus
1 comentario:
sublime
me encanta el ritmo que le has dado a este poema...
parece desesperado a ratos, como si las palabras se te hubiesen escapado rabiosas de los dedos, y a la vez, tranquilo y reflexivo en otras...
poetizar, es un don, que muchos confunden con escribir... y que todos tenemos en potencia, pero son aquellas almas inquietas y sensibles, los que ... le danvida en cada frasesita
qué quieres que diga! es tan rico leer cosas buenas!
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